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El juez Ruz interróga a Luis Bárcenas sobre la contabilidad B del Partido Popular.
GÉNERO: Política,Intriga
B (David Ilundain, 2015)
Aunque sólo figura como autor de la obra teatral adaptada, Jordi Casanovas es el genuino motor de esta película. No es que B adapte el drama Ruz-Bárcenas, creado para el Teatre Lliure y el Teatro del Barrio por el autor catalán, es que éste supo desenterrar el drama que había detrás de un interrogatorio judicial. Contó para ello con dos actores excepcionales: Pedro Casablanc y Manuel Solo. Repiten en la película, claro. El guión incorpora también las preguntas de algunos representantes de la acusación particular, pero el dueto Bárcenas/Casablanc – Ruz/Solo domina la función. El primero es esclavo de su propia imagen, de un sistema de contabilidad heredado de sus mayores, de lealtades inquebrantables. El segundo es la encarnación de la máquina judicial, de un mecanismo que intenta desentrañar la verdad mediante un procedimiento que no entiende de excepciones. Sin embargo, lo que aflora no es la verdad. Poco nos importa la precisión en las fechas y las cantidades, en los nombres claramente identificados y en algunas iniciales sobre las que es conveniente mantener la ambigüedad. Estos datos pueden servir –y lo hicieron- de titulares a los diarios a los que se filtraron los “papeles de Bárcenas” en una suerte de vendetta por un quítame allá esa financiación de la campaña a la presidencia de Castilla-La Mancha de María Dolores de Cospedal.
Lo que va surgiendo a lo largo del interrogatorio es la incontestable realidad de la corrupción en la financiación de los partidos. Y la perplejidad del contable, que no comprende qué le sucede al monstruo porque sigue habitando en sus entrañas. Si la inclusión de nuevos personajes en el tramo final ayuda a la gradación del derrumbe moral del interrogado, sus intervenciones en la primera parte resultan tan mecánicas –error de dirección, pero también de montaje- como innecesarias. En cambio, el estrambote –la intervención de Mariano Rajoy en el Congreso- constituye un perfecto ejemplo de agit-prop contemporáneo.