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Para salir del piso suburbial en el que vive con su familia Carlos ofrece a unos delincuentes atracar la fábrica en la que trabaja.
GÉNERO: Policiaco
A sangre fría (Juan Bosch, 1959)
A sangre fría comienza con una espléndida obertura por una carretera de la que la cámara devora kilómetros con el acompañamiento de un tema de corte jazzístico de José Solá. Luego veremos que es la huida de los cuatro malhechores tras la muerte de Enrique (un Fernando Sancho en un resgistro totalmente inesperado). La acción propiamente dicha de abre con planos de situación de un barrio en el extrarradio barcelonés. Un autobús se detiene en lo que podría ser la última parada de su trayecto frente a un cine de barrio, acaso en implícita declaración de intenciones. Estos planos sirven de prólogo a la presentación de Carlos (Larrañaga) y su novia María (María Mahor). Carlos fuma indolente, tumbado en la cama, cuando recibe una llamada de Isabel (Gisia Paradís). María muestra su desaprobación porque sabe el tipo de negocios que Carlos se trae con Enrique, el marido de Isabel. Carlos es ambicioso: uno de los primeros frutos del éxodo del campo al extrarradio barcelonés. Para empezar tiene una moto que es la admiración de todos los chavales del bloque y que le permite desplazarse al centro de Barcelona: una Barcelona de motocarros, vespas y biscuters en la que aún no ha hecho su aparición el seiscientos. Enrique es un toxicómano e Isabel una femme fatale en toda regla. Van a dar un golpe con un tal Manuel (Arturo Fernández), recién regresado de Italia, en la fábrica que dejó Carlos. Se encuentran con él en un frontón, local que junto con el canódromo, el parque de atracciones y los teatros de variedades sirven de escenarios de ambiente turbio y al tiempo reconocible de muchas películas del ciclo. El golpe, un herido, la huida. La investigación policial apenas interfiere: la confrontación de unas fichas, el levantamiento de un cadáver...
The Asphalt Jungle (La jungla de asfalto, John Huston, 1950) y The Killing (Atraco perfecto, Stanley Kubrick, 1956) son referencias perfectamente rastreables. La película puede parecer mimética y, sin embargo, lleva a su terreno la plantilla norteamericana -herido durante el atraco, huida, estación de servicio abandonada en la carretera camino de la frontera, tiroteos...- pero también hace uso de esquemas del polar francés, aunque nunca alcance el grado de estilización de las obras de Melville o la frialdad de José Giovanni.