índice del sitio
Inicio | Películas contadas | Perfiles | Canon | Blog | Sobre DQVlapeli | Contacto | Política de la comunidad | Aviso legal© 2024 Dequevalapeli.com
Don Diego Tenorio obtiene el perdón del emperador para su hijo. Arde en deseos de verlo antes de morir. Don Juan recibe la noticia en Venecia y se apresta a regresar a Sevilla para hacerse cargo de la herencia. Durante la travesía se encuentra con la horma de su zapato, lady Ontiveros.
GÉNERO: Aventuras ,Historia
Don Juan (José Luis Sáenz de Heredia, 1950)
Arrepentido de su vida pasada, malherido en una carreta infamante, don Juan Tenorio (Antonio Vilar) le pide a su fiel Ciutti (José Ramón Giner) que cuando llegue al Más Allá lo siga presentando como lo hizo en todas las cortes de Europa: "¡Don Juan Tenorio, español!"
Y es que en esta búsqueda de la esencia española en el mito de don Juan se cifra la película de Sáenz de Heredia, que, por mor de este final, deviene película de tesis después de haber sido cine de capa y espada, pundonoroso y emocionante. Porque en el año del declive de Cifesa y, paradójicamente, la apoteosis del cartón-piedra, Sáenz de Heredia y el guionista Carlos Blanco se desmarcan de la rimbombancia oficialista y de la autarquía para sacar al don Juan de Tirso de Molina y de José de Zorrilla a correr aventuras por los palacios venecianos y los galeones con rumbo a Lisboa antes de recalar en Sevilla. Pero, aún aquí, hay carnaval en la Hostería del Laurel, baile de máscaras en el palacio del comendador y fiesta a campo abierto entre tribus de gitanos; ni Semana Santa ni conversión en el cementerio, que la concepción del lazo entre amor y muerte viste aquí galas de imaginería barroca y no del nacional-catolicismo.
Para dar la réplica a don Juan, en un duelo de lenguas más afiladas que espadas, lady Ontiveros (Annabella, la inolvidable protagonista de las películas de René Clair y Julien Duvivier, la del matrimonio escandaloso con Tyrone Power), contratipo femenino consciente de sus armas de mujer y siempre dispuesta a la aventura. La dulce Rosa María Salgado encarna a la espiritual doña Inés de Ulloa, Mary Lamar a la vengativa condesa de Guadix y María Asquerino a la casquivana esposa del centauro interpretado por Manolo Morán en las escenas más divertidas de la película.
Aunque los referentes mencionados expresamente por Sáenz de Heredia sean españolísimos, no se nos oculta que la inspiración dramática y visual procede del drama de Edmond Rostand y del enérgico sentido de la aventura de Douglas Fairbanks. El suntuoso diseño de producción -sólo desmerecido por la maqueta del galeón- y los fastuosos figurines no restan ni un ápice al dinamismo de los duelos, las cabalgadas e, incluso, las estampidas de toros bravos. Sáenz de Heredia, que demuestra su querencia por el fantástico en El destino se disculpa (1945), Todo es posible en Granada (1954) y Faustina (1957), prescinde de los elementos sobrenaturales para justificar lo inimaginable: que ante la pureza terrenal y laica de doña Inés, don Juan acabe con Don Juan.