El mensaje (1953)

El mensaje (Fernando Fernán-Gómez, 1953)

Apenas finalizada Manicomio (Luis María Delgado y Fernando Fernán-Gómez, 1953), Fernán-Gómez recaba la colaboración literaria de Manuel Suárez Caso para poner en pie una película que, esta vez sí, sea comercial. El mensaje debería ser una cinta de presupuesto modestísimo, rodada en exteriores en la Casa de Campo y en La Pedriza, con sólo un puñado de personajes ejerciendo de guerrilleros antinapoleónicos y, por su datación en la Guerra de Independencia, adscrita al género de aventuras. Todo ello sumado a la popularidad de su protagonista —el propio Fernán-Gómez— debería desembocar en un producto altamente rentable en salas de barrio y rurales. Aunque el ayudante de dirección José Ochoa comparte la cartela de crédito con el director, salta a la vista que las escenas de acción —vitales en este tipo de productos— no están resueltas con fortuna. Además, los flashbacks que nos retrotraen al triángulo amoroso —Fernán-Gómez, Elisa Montés, José María Mompín— en el ámbito rural quiebran la progresión narrativa que constituye la espina dorsal de la cinta: el mensaje que los guerrilleros del Mayoral (Antonio Prieto) deben entregar a otra partida para frenar el avance de los franceses y permitir la llegada de las tropas del duque de Wellington... al que ellos llaman “Velintón”. No es esta muestra de realismo humorístico la única de una película que destaca por su sano descreimiento en el patriotismo y la religión. El protagonista se postra de hinojos ante una cruz a rezar un padrenuestro, pero cuando llega a lo del “pan nuestro de cada día” le dice a Cristo que ya se lo buscará él mismo, que se preocupe de que la chica acepte su cortejo. Mayor carga aún tiene la condición de traidor de José (José María Lado). Su deslealtad queda plenamente justificada a ojos de sus compañeros porque éste es el único modo que tiene de dar de comer a su familia porque la guerrilla contra el francés no renta.

La indefinición genérica, la pobre resolución de varios episodios y la fría acogida oficial de El mensaje, conducen a Helenia Films, la productora de los dos primeros proyectos de Fernán-Gómez, a una vía muerta.