No disponible (1969)

No disponible (Pedro Mario Herrero, 1969)

Está claro que los protagonistas de las dos tramas que se desarrollan independientemente en el barrio chino barcelonés están destinados a encontrarse. Merche (Analía Gadé) es una prostituta con un marino estadounidense de la VI Flota como abonado fijo cada vez que recala en Barcelona; le molestan los clientes autóctonos y, cuando se ve obligada a frecuentar los locales de alterne, se coloca en el pecho una chapita con el “not available” que da título a la película. Juan (Alfredo Landa) es un púgil que podría aspirar a un título si no fuera porque su enfermiza timidez con las mujeres le empuja a emborracharse cada noche. Ejerce de alcahuete el propietario del gimnasio donde él entrena (Ricardo Palacios). Pero cuando se produce el encuentro ya han pasado más de treinta minutos de metraje. Pedro Mario Herrero busca recursos cómicos en la parodia desaforada del folletín y la fotonovela —verbigracia, cuando Merche se inventa un pasado dramático para impresionar a los americanos o Concha lee una novela en el autobús—, se mete en vericuetos líricos y, sobre todo, ofrece estampas de genuino valor documental del barrio chino. Y Merche y su amiga Concha (Carmen Lozano) se empeñan en salvar de sí misma a una chica de pueblo (Marisa Paredes) que pretende comprarse un rebaño ejerciendo como puta en Barcelona. Y resulta que Concha está embarazada y que el día en que un chico provinciano (José Sacristán) decide acostarse con ella, se pone de parto. Y en el gimnasio, Juan tiene un amigo negro que canta su nostalgia de África. Y los periódicos dicen que hay un asesino de prostitutas al que nunca vemos en acción... En fin, que uno siempre se encuentra con que al puzzle le sobran piezas.