La encadenada / Perversione (1974)

La encadenada / Perversione (Manuel Mur Oti, 1974)

Alejandro (Richard Conte), un acaudalado hombre de negocios, rechaza la candidatura de Gina (Marisa Mell) a cuidar de su hijo Marcos (Juan Ribó) debido a la agresividad de éste y a la juventud de ella. Pero ante la insistencia de la joven, Alexander acepta que la acompañe al pazo gallego donde su hijo vive recluido a causa de la locura que le sobrevino por la muerte de su madre, con la que mantenía una morbosa relación edípica. Logrado el beneplácito del padre, Gina se gana también el afecto del hijo. Claro, que poco tardará el espectador en descubrir que la joven está más interesada en un cáliz con piedras preciosas custodiado en un monasterio templario próximo y en la colección de arte que alberga el pazo, que en los problemas mentales del muchacho. Mediado el metraje, la irrupción de Richard (Anthony Steffen), cómplice y marido de Gina —que en realidad se llama Elizabeth y es una consumada ladrona de guante blanco—, provoca un desequilibrio en las fuerzas que hasta este momento habían movido hacia adelante la historia en un ambiente deudor del relato gótico. Siguiendo al pie de la letra el plan de asesinato consignado por la difunta en su diario, Gina decide terminar con la vida de Alejandro.

Alejado de la dirección cinematográfica desde hace más de un lustro, Mur Oti acepta la propuesta de Espartaco Santoni como productor para realizar la cinta y va retocando sobre la marcha el libreto de Juan Tébar y Emilio Martínez Lázaro —con el seudónimo conjunto de "Lazarus Kaplan"—, que no termina de convencerle, sobre todo por su artificioso giro final. Según Nekane Zubiaur, el trabajo de Mur Oti consiste en dosificar la intriga, cepillar los elementos más directamente tomados de Hitchcock y otorgar entidad dramática al diario de la madre de Marcos. Su otro cometido es realizar una doble versión para el mercado europeo con casi diez minutos más de desnudos de Marisa Mell, lo que justifica sólo a medias el llamativo título en inglés: Diary of an Erotic Murderess. En Italia la película es calificada para mayores de catorce años, “en consideración al tema inspirado en la preparación fría y despiadada de una serie de crímenes cometidos con fines abyectos”.