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Durante el periodo de Adriano, un grupo de esclavos son conducidos al mercado, y entre ellos hay dos jóvenes y hermosas hermanas cartaginesas, Lea y Esther, a quienes compra Julia Marcia, hija del procónsul romano Julio Severo. Julia Marcia es una mujer bellísima, enamorada de Marco Valerio, joven guerrero de gran prestigio militar.
GÉNERO: Aventuras ,Historia
Esclavas de Cartago / Le schiave di Caratagine (Guido Brignone, 1956)
Julia Marcia (Gianna Maria Canale) es la caprichosa hija de Julio Cornelio (Nando Tamberlan), procónsul de Cilicia. Éste quiere que se case con el patricio Flavio Metello (Rubén Rojo), pero ella se ha encaprichado del centurión Marco Valerio (Jorge Mistral), quien sólo es capaz de ofrecerle una leal amistad. En el mercado de esclavos, las hermanas cartagineseas y cristianas Lea (Marisa Allasio) y Esther (Ana Luisa Peluffo) son vendidas en pública subasta. Tulio (Germán Cobos), un compañero de Marco, ha quedado flechado por la belleza de Esther, la mayor, así que se muestra encantado cuando Marco puja por ellas en nombre de Julia. A su vez, Valerio se siente atraído por Lea, por lo que, cuando le ordenen ejecutar a los cristianos por el asesinato del procónsul se enfrenta a los políticos y huye a las montañas. Desde allí, organiza la rebelión.
El éxito mundial de Quo Vadis (Quo Vadis, Mervyn LeRoy, 1951) y The Robe (La túnica sagrada, Henry Koster, 1953) y el traslado de parte del star system hollywoodense a Cinecittá favoreció la resurrección del cine “de romanos”. Pero antes de la irrupción de la fantasía en el género por cuenta de gladiadores invencibles, forzudos sin tasa y héroes mitológicos, éste constituyó un caldo de cultivo idóneo para la producción de un cine popular que siguiera las directrices de la encíclica papal Vigilanti cura (1936), que no sólo invitaba a las organizaciones católicas a forzar la censura administrativa de las películas heterodoxas, sino que animaba a los financieros católicos a la producción de obras cinematográficas pías. El entramado que incluía al propio Vaticano y a empresas afines encontró un nuevo filón en las coproducciones, a las que se apuntaron compañías españolas de la órbita del Opus Dei, como Yago Films. Esclavas de Cartago es fruto de estos tejemanejes religioso-económicos. Prueba de que no se trata de un hecho aislado, sino de una estrategia en toda regla será que las dos coproducciones del subgénero dirigidas por Vittorio Cottafavi -La rivolta dei gladiatori (La rebelión de los gladiadores, 1958) y Le legioni di Cleopatra (Las legiones de Cleopatra, 1959)- estén promovidas desde España por Procusa y las dos en las que interviene Sergio Leone -Gli ultimi giorni di Pompei (Los últimos días de Pompeya, 1959) e Il colosso di Rodi (El coloso de Rodas, 1961)-por Estela Films, empresas ambas en la óribita del empresariado católico hispano.