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Una mujer casada reemprende una apasionada relación con un novio que tuvo cuando era estudiante y que se marchó a París para triunfar como pintor.
GÉNERO: Drama
La mujer de otro (Rafael Gil, 1967)
Extraño melodrama éste que Rafael Gil realiza a partir de un guión que encomienda a José López Rubio y a Torcuato Luca de Tena, autor de la novela homónima en que se basa el libreto. Extraño porque bascula sobre la pasión, la culpa y el pasado en un juego que, durante el primer tramo, Gil concreta únicamente a través de la planificación y la música, con unos excursos a la juventud y la infancia de Ana María (Marta Hyer) sostenidos mediante el manido andamiaje de la fotografía en blanco y negro.
Salvo por eso, Gil se ciñe a la descripción del ambiente de la alta burguesía madrileña que sirve de marco al reencuentro entre Ana y Andrés (John Ronane, doblado por Paco Rabal), el pintor que la dejó plantada para triunfar en París. Caundo se rrencuentran en una galería de arte, es Andrés el único que parece interesado en reavivar el rescoldo del viejo amor de juventud, pero cuando ella empieza a tomar la iniciativa, parece repentinamente abrumado por el sentido de culpa. Cierto es que Ana no siente mayor interés por los negocios de su marido (Ángel del Pozo), pero su obsesión amorosa provoca la reticencia de Andrés, casado con Alicia (Elisa Ramírez). Hay una tercera pareja en juego, Pepa y Santiago (Analía Gadé y Alberto Dalbés), que cobrará importancia en el relato según la implicación de Pepa en instituciones de caridad la lleve a acoger en uno de sus comedores al padre de Ana (Fosco Giachetti), que la abandonó cuando era niña. También en esto las leyes del melodrama se imponen.
Las tres mujeres toman la iniciativa, en tanto que los hombres adoptan papeles secundarios. Sólo el padre, exmilitar africanista, sobrelleva con dignidad la pobreza y tendrá un papel determinante en la vuelta de Ana María al orden burgués, donde el amor y la pasión carecen de importancia frente al sacrosanto deber de la maternidad.