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Un dictador espera la venganza de sus súbditos.
GÉNERO: Experimental,Política
Cabezas cortadas / Cabeças cortadas (Glauber Rocha, 1970)
Cabezas cortadas es un híbrido entre el mundo personal del cineasta brasileño Glauber Rocha -el argumento de Terra em transe (1967) gravita sobre ésta-, el de Luis Buñuel -Paco Rabal, Pierre Clementi, España...- y la Escuela de Barcelona que agota su recorrido tras el fracaso de la operación Tuset Street (Luis Marquina, 1968). La presencia de dos productoras como Filmscontacto, de Jacinto Esteva, y Profilmes -en el momento en que Ricardo Muñoz Suay maneja los hilos- en la génesis del proyecto nos permite confirmar este relevo.
Díaz II (Francisco Rabal), exiliado de Eldorado, intenta recuperar su fortuna e interesarse por las mujeres que amó y los hijos que con ellas tuvo. Pero, a juzgar por la incoherencia con la que habla con unos y otros indistintamente mediante los mismos teléfonos, no es difícil intuir que nos encontramos ante un discurso delirante que opera en el vacío, como la serie de escenas que sigen, sin lógica secuencial ninguna: Díaz II con una especie de santón ciego (Luis Ciges), Díaz II revolcándese en un lodazal con una mujer sensual (Emma Cohen) que simboliza la lujuria, una figura vestida de blanco con una guadaña (Pierre Clementi), que, sin duda, representa la muerte. Estas escenas alternan con otras de carácter ritual, como aquélla en la que un indígena y un hombra calvo lavan los pies a Díaz II mientras una banda de música interpreta una misma frase una y otra vez. Hacia el final, Díaz II está dispuesto a casarse con la madre de sus hijos naturales mientras doña Soldad (Marta May) reclama que los desherede.
Rocha rueda sin guión en tres semanas de marzo con varias referencias que parecen acumularse antes que sucederse en el tiempo: el último capítulo del Quijote -el "vivir cuerdo y morir loco" cervantino-, las tragedias de Shakespeare, el Tirano Banderas de Valle Inclán, su propia Terra em transe, como ya avanzábamos, pero adaptando todas ellas a la realidad de una España en la que el franquismo agoniza lentamente.