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El Jaro, un delincuente de quince años, sobrevive en el Madrid de la Transición pegando palos.
GÉNERO: Acción,Social
Navajeros (Eloy de la Iglesia, 1980)
Ha discurrido una hora de metraje cuando Eloy de la Iglesia -y Gonzalo Goicoechea, su colaborador en el guión- encadena cuatro escenas que son toda una declaración de principios: el asalto de todas las bandas de Madrid al club El Globo para vengar al Jaro (José Luis Manzano); el interrogatorio de éste en comisaria, donde un policía (José Manuel Cervino) propone ponerlo en libertad y que cuando una señora venga a denunciar un tirón le digan que ésta es la democracia que se han buscado; la investigación emprendida por un periodista en los barrios marginales de Madrid insitiendo "una vez más en todas esas cosas que a los listos oficiales les parecen tan tópicas, tan esquemáticas y tan obvias"; y el interrogatorio al que somete el psicólogo del reformatorio a los chicos de la banda.
El primer bloque asume la lógica del espectáculo, tan próxima al cine de José Antonio de la Loma como a Shaft (Las noches rojas de Harlem, Gordon Parks, 1971). El de la comisaría denuncia la utilización interesada que las instituciones dedicadas al control social –de la policía franquista a los nuevos partidos políticos- hacen de la delincuencia juvenil. El tercero sirve para elidir los datos sociológicos con los que el mismo periodista ha ido salpicando el relato: extracción social de quienes atentan contra la propiedad privada, niveles de paro juvenil, variables debidas al consumo de drogas… El último, insiste en la naturaleza social del fenómeno a partir de la tipología de los componentes de la banda de El Jaro: subproletariado urbano, pero también gitanos, vástagos de comerciantes sin futuro…
Entre todos ellos, El Jaro destaca por su carisma y porque es capaz de soñar. Sueña que está en el campo, que se folla a la Tierra entera y que tiene unos hijos tan chulos como él. El final, tan explicativo como el resto del metraje, otorgará carta de naturaleza a su sueño, aunque no del modo que el querría.