El hombre de moda (1980)

El hombre de moda (Fernando Méndez-Leite, 1980)

La única incursión en el largometraje de Fernando Méndez-Leite es hija de su tiempo. Xabier Elorriaga es un hombre separado al que las mujeres se rifan. ¿Por qué? La pregunta no ofrece una respuesta a este enigma. Tal parece que su neutralidad connatural le convirtiera en reflejo del deseo de ellas. Como personaje pasivo, cada vez que debe comprometerse sale corriendo. Parece que hay una oportunidad clara en el caso de una alumna más mayor que sus compañeras (Marilina Ross), brillante, descarada y con una experiencia difícil en su pasado que él no es capaz de asumir. Dos años después se reencontrará con ella y…

Por el camino una serie de encuentros que terminan siempre en abrazos apasionados, cosquillas y besos cálidos en lugar de un coito siempre elidido: con la mujer de un compañero de instituto (Maite Blasco), con otra profesora un poco pacata (Alicia Sánchez), con su ex mujer (Isabel Mestres)… Y las conversaciones: con el padre de su ex mujer (Luis Politti), con su hermana (Carmen Maura); con un escritor argentino exiliado en España (Walter Vidarte)… Conversaciones rohmerianas que explican los motivos de cada cual tanto como los ocultan.

De ahí que la secuencia más elocuente sea aquélla en la que un crítico de cine (Antonio Drove) le explica al protagonista la imposibilidad de “contar” una película tomando como excusa el asesinato de Edmond O’Brien en The Man Who Shot Liberty Valance (El hombre que mató a Liberty Valance, John Ford, 1962). Una escena en la que se muestra el poder de la pasión de narrar, ausente del resto de la cinta, que va desgranando la fantasía machista de un hombre que vive su momento de esplendor a base de inhibirse, sin que los aspectos cómico-patéticos de su aventura terminen de perfilarse.