Los ángeles del volante (1957)

Los ángeles del volante (Ignacio F. Iquino, 1957)

Cinco taxistas madrileños se reúnen cada noche en un bar de la Plaza Mayor a cenar y a pegar la hebra. Juanito (Fernando Fernán-Gómez) lleva allí a Luisa (Julita Martínez), unas chica que ha huido de su pueblo y que, desesperada por el hambre, ha intentado hacerse atropellar para acabar con su vida. Cada uno de los taxistas le contará una historia ejemplar en la que su intervención sirvió para enderezar un destino torcido.

Remigio (José Luis Ozores) relata cómo tuvo que llevar en su coche a un repartidor de telegramas malherido por un atropello. Cristóbal "El Abuelo" (José Isbert), la de dos muchachas (Mary Martin y Trini Montero) que tienen que acudir a una sala de fiestas del Parque del Retiro para una audición gracias a la cual podrían conseguir un contrato que las sacara de la miseria. Pepe (Manolo Morán) cargará todo el día con dos pequeñuelos en busca de su padre crápula que se ha ido de casa. El último (Tony Leblanc), es un donjuán de vía estrecha, siempre a la caza de chicas.

Ternurismo y coralidad, según el modelo impuesto por los guionistas Pedro Masó y Rafael J. Salvia, que la mayoría de las veces se resuelve en meras viñetas cómicas o en el salero de un lenguaje heredado de Arniches y a cuyo servicio pone su experiencia el quinteto protagonista.

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