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Rocío es hija ilegítima de un señorito andaluz y una gitana. Al morir la madre, el padre trae a la muchacha a su cortijo para educarla como una señorita lejos de las costumbres gitanas. Pero la llegada del hijo y el cariño que nace entre ambos jóvenes complica las cosas.
GÉNERO: Música,Drama,Comedia Novela Romantica
Canelita en rama (Eduardo García Maroto, 1942)
El jienense Antonio Guzmán Merino fue un prolífico periodista, comediógrafo y guionista cinematográfico, con debilidad por los temas andalucistas. Buen ejemplo de ello es su participación en la productora sevillana Rafa Films y la película con la que él mismo debutó en la dirección en 1944, Macarena, tercera de las protagonizadas por la tonadillera Juanita Reina.
La prometedora estrella de la copla había aparecido por primera vez en la pantalla en La blanca Paloma (Claudio de la Torre, 1942), con apenas 17 años e inmediatamente se incorporó al reparto de Canelita en rama. La solvencia técnica de Eduardo García Maroto debió parecer a los productores aval más que suficiente para enfrentarse a este libreto en el que se conjugan sin solución de continuidad el documental sobre la vendimia y las faenas en el campo jerezano, los chascarrillos a costa de la vagancia y marrullería de los gitanos interpretados por Antonio Riquelme y Fernando Fresno, y el drama del amor incestuoso entre una inocente muchacha (Juanita Reina), hija ilegítima de un marqués (Luis Peña), y el hijo legítimo de éste (José María Seoane), educado en Oxford.
Todas las contradicciones de la españolada se concitan en Canelita en rama: la identificación de la raza gitana con la alegría de vivir y una tradición secular y, al mismo tiempo, el rechazo al otro; la admiración por la modernidad cosmopolita y la burla de lo foráneo; el formalismo eisensteniano a la hora de de plasmar el trabajo de la vendimia y el operismo flamenco cuando toca el turno a las actuaciones musicales; ls imposiblidad de ascenso social y el amor interracial.
Todo ello cuaja en una serie de dicotomías elementales de las que son portavoces los distintos personajes. Se nota que las simpatías de Maroto están con la pareja cómica y, por ende, con la felicidad, el humor y la risa, pero la contraparte pesa demasiado en el conjunto.