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En la ciudad de Guadalema corren feas habladurías a propósito de la relación entre el padre Gustavo y la bella y joven Marucha Vilaredo. Su padre decide mandarla a Madrid para evitar mayores males.
GÉNERO: Drama
El agua en el suelo (Eusebio Fernández Ardavín, 1934)
"El Mal Bicho" publica unas coplillas calumniadoras contra Marucha (Maruchi Fresno) y el padre Gustavo Azores (Luis Peña Sánchez) a los que sólo une la complicidad en el ejercicio de la caridad. La maledicencia corre por Guadalema como el agua derramada a la que alude el título, que ya nadie puede recoger. Así que Marucha se ve obligada a escapar a Madrid. Allí conoce al escritor Alejandro Colinas (Alejandro Navarro), autor involuntario de las coplillas, que se enamora perdidamente de ella.
La celebridad de El agua en el suelo se debe a que fue el primer largometraje surgido de los madrileños estudios sonoros de la CEA, en cuyo equipo directivo concurrían notables dramaturgos como Jacinto Benavente, Carlos Arniches y los hermanos Joaquín y Serafín Álvarez Quintero, que son los responsables del guión.
De la dirección se hace cargo el responsable artístico del estudio, Eusebio Fernández Ardavín, veterano del cine silente formado en la técnica del sonoro en Francia. Ardavín recurre a cuanto recurso está en su mano para evitar el estatismo: rodaje en exteriores en Comillas, secuencias de montaje al ritmo de la música del mestro Alonso e, incluso, mosaicos al modo vanguardista... Bien poco pueden estos artificios ante unos diálogos declamatorios y unos intérpretes forzadamente teatrales, empezando por la jovencísima, bella y elegante Maruchi Fresno.
Es dable entender la religiosidad de la película como parte del rearme moral de las fuerzas conservadoras frente a un anticlericalismo que había calado hondo entre las clases populares. El aire "film d'art" que destila la cinta con veinte años de retraso, también incide en esa línea de buen gusto burgués que contrata con La hermana San Sulpicio (1934) y Nobleza baturra (1935), dos películas dirigidas por Florián Rey para Cifesa en las que se tocaban estos mismos asuntos en registro popular.