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Tres parodias de géneros cinematográficos: una de terror, una de indios y una de pandereta.
GÉNERO: Comedia
Tres eran tres (Eduardo García Maroto, 1954)
¡¡Ni Cinemascope!! ¡¡Ni Vistavision!! ¡¡Ni Relieve!!
Sino todo lo contrario
¡Risa fresca al estilo futurista!
... proclamaban las gacetillas.
Y es que, en Tres eran tres todos los lugares comunes son objeto de burla. Algunas situaciones son ya conocidas. Otras proceden del acervo del cine estadounidense. Las convenciones genéricas de desmenuzan y se vuelven a armar en un mecano monstruoso, enfrentado tantas veces al espejo deformante del casticismo:
—¿Quién diría que en España, con material de derribo, se construirían monstruos que asombrarán a los científicos internacionales? —declama un mad doctor más enloquecido que nunca en la interpretación de Antonio Riquelme.
Antonio de Lara “Tono”, que encabeza el equipo de guionistas, es un auténtico especialista en darle la vuelta al calcetín del tópico. “Una de monstruos” se enhebra a base de “aleluyas” como las que componen Francisco Ramos de Castro y Pedro Llabrés para poner al día los “celuloides rancios” de Jaimito (Larry Semon) o Charlot (Charles Chaplin) una vez eliminados los intertítulos. El explicador o comentador se admira ante la fealdad del monstruo:
—¡El hombre-monstruo al natural! / ¿Verdad que no es Jorge Mistral?
Para presentar el episodio en Cinefotocolor comparece Manolo Morán, al que acabamos de ver en el episodio de indios firmando la paz con la tribu de los corbachos y poniendo un ventorro en la pradera… no de San Isidro, sino de Arkansas. Pero ahora está, según expresión propia, “mucho más mono por el color”. En las parodias de los géneros le toca el turno a la españolada para lo cual se hacen los contratos pertinentes: un torero de éxito, una estrella norteamericana que encarne al torero, un marqués con una ganadería, su hija, un maletilla, un toro y un coproductor, que es quien impone el guión de un tal Richmond, otro americano pero nacido en París, hijo de padre inglés y madre polaca, y que, además, ha estado una semana en Pontevedra.