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Tres chicos de distinta extracción social inician una carrera criminal atracando una farmacia.
GÉNERO: Policiaco
Los atracadores (Francisco Rovira Beleta, 1961)
Rovira Beleta se había acercado al género en varias ocasiones: en El expreso de Andalucía (Francisco Rovira Beleta, 1956) recrea aquel famoso suceso de la crónica negra española que culminó con varias ejecuciones sumarísimas en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera; Altas variedades (Francisco Rovira Beleta, 1960) es una película de ambiente circense, próxima en inspiración a Gun Crazy (El diablo de las armas, Joseph H. Lewis, 1950).
Basada en una novela del escritor y policía Tomás Salvador, la película es un alegato, todo lo suavizado que se quiera, contra la pena de muerte. La historia se estructura en una serie de flashbacks divididos en tres capítulos: “Inquietud”, “Violencia” y “Muerte”.
La trama se basa en hechos reales: una serie de atracos cometidos en Barcelona por una banda de jóvenes atracadores. Carne de exploitation, aunque Rovira Beleta y su coguionista, Manuel María Saló, se decantan por el apólogo moral como se puede constatar por la caracterización de los tres protagonistas. “El Compare Cachas” (Julián Mateos): charnego, paria sin oficio ni beneficio, fascinado por las armas y por el cine americano. “El Señorito” (Pierre Brice): estudiante de derecho, hijo de un eminente abogado, influido por la lectura de Nietzsche, que lidera el grupo en venganza contra su propia clase, cuya hipocresía vive en el seno de su familia. Y “El Chico” (Manuel Gil): trabajador, que aspira a un futuro mejor gracias al fútbol.
Según nos informa al principio la inevitable voz admonitoria de José María Oviés se trata de un día cualquiera en la vida de un muchacho cualquiera. Los títulos aparecen sobre la carrera de Ramón “El Chico” por un suburbio fabril y por el puerto de Barcelona. Una carrera que no conduce a ningún sitio.
Es el único que no se manchará las manos de sangre. Mientras él afronta una larga condena, “El Señorito” muere durante uno de los atracos y “El Compare Cachas” se enfrenta a su ejecución.
Julián Mateos se lleva, como intérprete, la parte del león (ganó el premio de ese año del Sindicato Nacional del Espectáculo). Si los comisarios solían recaer en Jorge Rigaud, los villanos en Barta Barri y Luis Induni, los inevitables perdedores en Carlos Mendy o Fernando Sancho, a aquella generación de los Conrado San Martín y los José Suárez, le sucede una de jóvenes desnortados a los que se suman, como hemos ido viendo, Manuel Gil, Carlos Larrañaga, Víctor Valverde o Ángel Aranda.