índice del sitio
Inicio | Películas contadas | Perfiles | Canon | Blog | Sobre DQVlapeli | Contacto | Política de la comunidad | Aviso legal© 2025 Dequevalapeli.com
Una joven huérfana que vende flores a la puerta de una iglesia recibe una importante herencia que sus tías, que hasta ese momento nop habían querido saber nada de ella, pretenden arrebatarle.
GÉNERO: Comedia
Eran tres hermanas (Francisco Gargallo, 1940)
Formado profesionalmente en la sucursal de Gaumont en Barcelona a mediados de los años veinte, Gagallo irrumpe en el panorama cinematográfico español con Sor Angélica (1934), uno de los más resonantes éxitos del cine español de la República, tanto en la península ibérica como allende el Atlántico. No es raro por tanto que cuando Gargallo encare su siguiente película -El octavo mandamiento (1935)- tire de los mismos elementos: trama folletinesca, buenos ingenuos y malvados egoístas, grandes dosis de sentimentalismo y unas gotas de humor blanco. Transcurrido el paréntesis bélico, José Balart, que había financiado El octavo mandamiento confía a Gargallo la realización de una película bajo mínimos, debido a las carencias de la postguerra. El realizador recurre a un guión propio protagonizado por su hija, Luisita Gargallo. Encarna a Pepa, una florista huérfana acogida por doña Eugenia (Marta Grau) y enamorada del hijo de ésta, Roberto (Manuel de Diego), que no tiene una perra. Pepa recibe clases de piano de Marta (Carmen López Lagar, que tiene otras dos hermanas solteronas (María Bru y Anita Moreno), que odian a la muchacha. Dos circunstancias van a cambiar el rumbo de sus vidas: la primera es la aparición de Don Cristóbal (Fernando Vallejo), un hombre enriquecido en América que va a volcarse con la familia de Paloma; la segunda, una herencia que la chica recibe de una tía y de la que sus tías serán usufructuarias hasta que se case. Quiere la casualidad que las tías no sean otras que la profesora de piano y sus dos gruñonas hermanas. Total, que Roberto encvuentra una estupenda colocación gracias a don Cristóbal y Paloma se va a vivir con sus tías. En cuanto cumpla dieciocho años piensa csarse con su novio, a lo que las tías se oponen porque perderían el usufructo de la herencia. Todavía habrá tiempo para dos o tres giros inesperados -o esperados, porque argumentalmente esto del folletín son habas contadas- antes del final feliz.
Construida sobre los diálogos y con apenas cuatro o cinco decorados construidos en los estudios Orphea de Barcelona, la película adolece de estatismo, que se intenta paliar en los últimos minutos con las secuencias dedicadas a la boda y al banquete nupcial: en este tramo los ángulos y movimientos de cámara se multiplican con la sana intención -imagina uno- de que el público vuelva a casa con la sensación de haber visto una producción solvente.