In memoriam (1977)

In memoriam (Enrique Brasó, 1977)

El escritor Luis Bosch (Eusebio Poncela) vive en una torre de márfil. Durante la República, cuando el editor del semanario en el que escribe (Eduardo Calvo) le pide temas de actualidad, él sigue empeñado en sus evocaciones líricas. Julio Manzano (José Luis Gómez) es un contraparte: un arribista nato, empeñado a toda costa en el éxito y en la satisfacción inmediata de los lectores. El problema es que entre ambos se alza la figura de Paulina Arévalo (Geraldine Chaplin), una mujer independiente, probablemente rica por casa, que siente una gran admiración por Luis, con el que mantiene desde hace años una relación platónica, pues la falta de compromiso con la realidad de éste le lleva también a mantener las distancias con ella. Y de esa circunstancia se aprovecha Julio, que primero la asedia, luego se convierte en su amante y, por último, desarrolla unos celos enfermizos que le hacen ver (literalmente) lo que no hay en la amistad entre Paulina y Luis.

La película arranca en 1945, cuando Luis regresa a España después de una estancia de diez años en la universidad de Cambridge. Aunque apenas se aluda a ello, han pasado la Guerra Civil y la II Guerra Mundial. Entre los millones de muertos de ambas, el crimen pasional -feminicidio diríamos hoy- que acabó con la vida de Paulina tiene casi un carácter insignificante. Sin embargo, el poder evocador del recuerdo es tal, que Luis es capaz de hacer que la mujer se materialice para poder así, por fin, declararle su amor. Dispuesto a no dejarla escpar de nuevo, baja al zaguán de la casa, donde se produjo su separación una década atrás, y ahí no sólo descubre una realidad que no está dispuesto a reconocer, sino que un movimiento de cámara propicia el cambio del punto de vista, suturando el relato y confiriéndole un halo fantástico.