índice del sitio
Inicio | Películas contadas | Perfiles | Canon | Blog | Sobre DQVlapeli | Contacto | Política de la comunidad | Aviso legal© 2024 Dequevalapeli.com
El director de una sucursal organiza un desfalco dejando a su mujer abandonada y en la calle.
GÉNERO: Intriga
Amor propio (Mario Camus, 1994)
En la década de los noventa, entre dos trabajos de encargo como son la adaptación oaqra televisión de La mujer y el pelele (1991) y La vuelta de El Coyote (1999), Mario Camus realiza cinco películas con presupuestos bastante menos ambiciosos que el de la serie La forja de un rebelde (1990), intimistas y asumidamente personales. En el ecuador, como abisagrando la década, se encuentra Amor propio, una cinta de intriga basada en un caso real conocido como el de "Pepe el del Popular".
A partir de la anécdota de un director de una sucursal bancaria (Antonio Valero) que ha estafado a sus clientes y a sus superiores para escapar con su amante (Anabel Alonso), dejando en la estacada a su mujer, Juana (Verónica Forqué), Camus deriva el protagonismo hacia esta última, haciendo de ella una inocente burguesa siempre a la sombra de los varones: su padre ya fallecido que se le aparece en sueños, un hermano trapisondista y canalla (Antonio Resines) y un marido que la ha mantenido en la inopia mientras él llevaba una doble vida. Juana decidirá en un momento dado que tomar las riendas de su vida en un asunto de "amor propio" y gracias a una red de solidaridad tejida con otros humillados -su sobrina (Carola Manzanares), su tío Óscar (José Jordá) y una secretaria de juzgado (Ana Duato)- logrará derrotar a los poderosos, vengarse de quienes la han chuleado y maltratado, y salirse con la suya.
Aunque la película estaba escrita para Carmen Maura, una vez realizada resulta imposible imaginársela sin Verónica Forqué, que dota al personaje central de una fragilidad de acero y de apuntes de humor personalísimos. Este último matiz, tan ajeno al cine de Camus, podría estar auspiciado por la participación en los diálogos de José Luis Cuerda. Uno de ellos remite al pasado televisivo del propio Camus, cuando el gitano que le compra a Juan lo poco que le queda, le dice que se llama Francisco Jiménez, pero los amigos le llaman...
-¿Curro?
- No, Quico, para servirla. Pero usted llámeme como quiera.