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El estrangulador de mujeres regresa de la tumba para vengarse del Santo.
GÉNERO: Acción,Intriga,Música,Terror
Santo vs el estrangulador (René Cardona, 1963) / El espectro del estrangulador (René Cardona, 1963)
El fantasma de la Ópera de la Universal, el de Claude Rains, actúa en un teatro de variedades donde se suceden sin tregua las actuaciones de cantantes melódicos. Como la policía llama al Santo para que resuelva el asunto, también hay ocasión a que veamos varios asaltos de lucha a cargo del Enmascarado de Plata que en absoluto tienen que ver con la trama. De hecho, ésta no arranca hasta pasados los veinte primeros minutos.
Es entonces cuando nos enteramos de que existe un estrangulador de mujeres -el enmascarado al que hemos visto estrangular a Odette- y que la rivalidad entre Laura (María Duval), la primera estrella del show, y Lilian (Ofelia Montesco) es tal, que ésta ha convencido al fornido tramoyista y luchador profesional Jerry Marcos (Eric del Castillo) para que dispare contra ella durante la actuación. Pero Laura también siente envidia de la juventud y pujanza de su hermana Irene (Begoña Palacios), ennoviada con Javier (Alberto Vázquez), un Bobby Darin azteca que también actúa en el teatro y que está dispuesto a resolver por sí mismo el misterio que el inspector Villegas (Carlos López Moctezuma) parece incapaz de descifrar. Durante el desarrollo del relato, Santo prohijará a un niño prodigio (Milton Ray), que no sólocanta, sino que también baila el twist. Por suùesto, el inño acudirá al estadio y jaleará cada golpe que su padrino propine al púgil rival.
Como si de un serial se tratara, El espectro del estrangulador retoma la acción donde la dejó la película anterior. Los dos títulos se ruedan en continuidad, "back to back" que dicen los anglosajones. A pesar de que El Enmascarado de Plata rodó ambas películas para Cinematográficas Norte en 1963, como ya había hecho con Santo en el museo de cera (Alfonso Corona Blake, 1963), las dos entregas del estrangulador no se estrenaron hasta noviembre de 1965 y marzo de 1966 respectivamente, pero están concebidas como un único largometraje de tres horas con una falsa resolución de la primera parte, ya que aunque el villano fallezca al fnal de la primera entrega, no tarda en reaparecer en la segunda, robado del depósito de cadáveres por el musculoso Tor (Gerardo Zepeda).
Si el ámbito del estrangulador era el telar del teatro, el de Tor parecen ser las alcantarillas, que conoce como la palma de su mano. Por allí escapa con el supuesto cadáver y roba el material para seguir creando máscaras de piel humana, con la de las mujeres estranguladas. El inspector Villegas ordena que se abra el teatro a fin de que el estrangulador decida volver a atacar a alguien y les dé así ocasión de detenerlo. Así que entre una renovada tanda de canciones melódicas y nuevas pruebas de la ineptitud policial, el relato se ve marcado en su ecuador por un combate al parecer memorable entre Santo y uno de los hermanos enmascarados apodados Espanto, presentado aquí como El Enmascarado Negro. Según las crónicas, la pelea tuvo lugar en ocubre de 1963, fue especialmente dura, Santo terminó sangrando por cuenta de un mordisco que le propinó su rival y culminó cuando le arrancó la máscara, que es lo más humillante que le puede suceder a un púgil enmascarado. Sigue a éste segmento, la escena más memorable de la cinta por su regusto a folletín. Enfrentado a Tor en el cementerio donde él y su amo han ido a desenterrar el cadáver de su última víctima, Santo es dejado fuera de combate a traición por el estrangulador. Acto seguido lo entierran vivo. ¿Conseguirá escapar el héroe de un ataúd que le impide prácticamente cualquier movimiento, cuya tapa ha sido clavada a conciencia y con un metro de tierra compactada sobre él?
La última media hora de las tres que dura el espectáculo se convierte así en el estupendo folletín de acción trepidante que nunca debió dejar de ser.