El amor empieza en sábado (1959)

El amor empieza en sábado (Victorio Aguado, 1959)

Juanita (Erika Remberg), Irene (Elisa Montés), Ketty (María Martín) y Elvira (Pilar Cansino) trabajan en la sede española de la multinacional cinematográfica Hollywood Films, productora de "Pasos tenebrosos", "Nabucodonosor" y "Mujeres intrépidas", nada menos. La llegada de míster John White (Gustavo Rojo) y de míster Brown (Manuel Gas) desde la central en Estados Unidos ha alterado el apacible fin de semana. Luis (Juanjo Menéndez) se ha atrevido por fin a proponerle un plan a Irene, pero ésta prefiere descansar, cosa que no conseguirá porque un padre primerizo (Joan Capri) la embarcará en la aventura de traer a su hijo al mundo. Por su parte, Carlos (Germán Cobos) le hace una oferta de trabajo a Elvira: enrolarse como manicura en un yate al que él ha sido invitado. Mientras tanto, Juanita y Ketty servirán de guías por Barcelona al acaudalado y apuesto míster White.

Comedia de un rosa subido, tanto que puede resultar perjudicial para los espectadores con la glucosa alta, basada en una novela que la periodista María Luz Morales había publicado en la colección Violeta de la editorial Molino con el título de Tres fines de semana y el alias de Laura Nogales, puesto que con el suyo propio no podría publicar al haber sido represaliada tras la Guuerra Civil por haber asumido la dirección de La Vanguardia para el comité obrero que tomó las riendas del periódico tras la huida de los Godó. María Luz Morales había ejercido hasta entonces la crítica teatral y cinematográfica en dicho diario, amén de haber trabajado en la sucursal española de Paramount Pictures, lo que explica la elección del ambiente en el que se desarrollan tanto la película como la novela. Ella misma realiza la adaptación, ya con su nombre, en 1957, y la Unión Cinematográfica Eolo pone en marcha la producción en el otoño de 1958. Como si de un reflejo del argumento se tratara, la prensa se preocupa más de los sonados amoríos entre Erika Remberg y Gustavo Rojo, que de cualquier otro aspecto de la producción. Llega luego la noticia de su pase en el primer Certamen de Cine celebrado en la ciudad de Sevilla en 1959y el anuncio de que las dos producciones de Guillermo de Espona -ésta y El traje de oro (Julio Coll, 1960)- serán distribuidas por Edici. Por último, estrenos en Madrid y Barcelona en salas modestas, ausencia de reseñas y olvido.