La mujer murciélago (1968)

La mujer murciélago (René Cardona, 1968)

¿Qué pasaría si el Batman de la serie de televisión de 1966 fuera una luchadora mexicana y se tuviera que enfrentar con la criatura de la Laguna Negra de Jack Arnold?

A partir de esta premisa tan bricolagera, el guionista Alfredo Salazar y el realizador René Cardona, curtidos ambos en este género de bellas luchadoras enfrentadas a cientíticos chiflados, facturan un entretenido artefacto pop al que no cabe pedirle otra cosa que lo que ofrece: ritmo sostenido, acción submarina al estilo jamesbondiano en la costa de Acapulco, un carcajeante cientítfico desfigurado (Roberto Cañedo) que precisa la glándula pineal de los púgiles más robustos para crear su monstruo y regresar a los orígenes de la evolución humana y la belleza escultural de Maura Monti, que aparte de la máscara y la capita de batwoman completa su atuendo con un escueto biquini. Para que la inversión sea completa, dos apolíneos galanes parigualmenete insulsos (Héctor Godoy y Tony Roca) actúan como auxiliares de la heroina sin otro cometido argumental que lucir palmito. Ella se las tendrá que ver sola en las profundidades submarinas con el monstruo al que doctor Williams le ha prometido una compañera: piensa convertir a la mujer murciélago en mujer pez.