Octobre à Madrid (1967)

Octobre à Madrid (Marcel Hanoun, 1967)

En 1964 Marcel Hanoun decide rodar una película que se titulará Octobre à Madrid. La primera escena del guión indica que hay una mujer maquillándose ante el espejo que nos dice su nombre -Ana- y su profesión -actriz-. Todo esto no es labor de investigación, sino que el propio Hanoun lo relata en el prólogo de la película que monta tres años después, al tiempo que la mujer va enumerando las operaciones que realiza durante el maquillaje y el operador -reflejado en el espejo cuando tira del zoom para atrás- va cantando los metros que quedan para que se acabe el chasis. El Octobre à Madrid de 1967 no es entonces el montaje de la película rodada tres años atrás a partir del guión previo, sino la puesta en imágenes y sonidos de lo que supone rodar clandestinamente en España a mediados de los años sesenta.

Hanoun relata entonces su relación con España: el rodaje de La muerte del toro y de Le Christ dans la cité, sendos reportajes sobre una corrida de toros y una procesión de Semana Santa en Valladolid. Otro reportaje de encargo, esta vez sobre el rodaje de El verdugo (Luis G. Berlanga, 1963) le hace enamorarse de la execentricidad de la Plaza de las Comendadoras, en el centro de Madrid, con un reloj parado que da siempre la misma hora y una incongruente antena en su mitad. Concibe entonces el personaje de Carmen, empleada en unos grandes almacenes, y rueda con la pintora y futura cineasta Nadia Werba los aspectos documentales del entorno. Al hilo de este cruce entre el cuaderno de apuntes filmado y el diario de un proyecto frustrado van surgiendo los asuntos candentes en la España contemporánea: la pervicencia de las heridas abiertas por la Guerra Civil, la emigración, la censura, el machismo o la represión. Todo en segundo plano, sin demasiado énfasis, mientras Hanoun rueda lo que le sale al paso al tiempo que se da cuenta de que nunca encontrará a su Carmen.