Los claros motivos del deseo (1977)

Los claros motivos del deseo (Miguel Picazo, 1977)

Andrea (Cristina Ramón) es una adolescente a la que le gusta Javi (Emilio Siegrist), un chico de su edad ennoviado con Chonina (Patricia Adriani). Excitado por el interés que ha despertado en ella, Javi la agrede en la piscina. Ella calla. Pero no es la única que tiene un secreto. Su hermano (Juan Carlos Naya) abandonó los estudios y se refugió en la confitería familiar después de mantener una relación con Javi. Éste se convierte así en un bello ángel del mal, consciente del poder que el deseo de los demás le proporciona. Si Chonina no quiere entregarse a él, Andrea deberá estar a su disposición, lo que lleva a la atribulada adolescente a tomar una decisión radical.

El mundo adulto es esencialmente femenino. Javi es huérfano y se cría con una tía suya. La madre de Andrea (Julia Gutiérrez Caba) es viuda, sobreprotectora con su hijo y preocupada por el qué dirán. La tía Nieves (María Luisa Ponte) bascula entre el miedo a lo soledad y la histeria porque su marido, su adorado Andrés, mil veces mencionado y nunca materializado en la pantalla, anda detrás de unas y otras. Luchi (Yolanda Farr) ha decidido olvidar los reproches y aprovecha sus frecuentes viajes a Madrid para encamarse con los jóvenes paracaidistas de la cercana base militar...

Los claros motivos del deseo reformula en cierto modo el universo de La tía Tula (1964), aunque aquí la represión de los adultos se proyecte en unos comportamientos adolescentes que se traducen en relaciones de poder.