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Un hombre reta a duelo a otro por una futesa. A partir de ese momento, deberá ingeníarselas para eludir el compromiso.
GÉNERO: Comedia
El grano de mostaza (José Luis Sáenz de Heredia, 1962)
José Luis Sáenz de Heredia plantea una fábula moral sobre la Guerra Fría a partir de la parábola bíblica del grano de mostaza. Según ésta, el reino de los cielos es como la semilla humildísima de la que nace un gran mostazo en el que anidan los pájaros. Sáenz de Heredia, que se presenta a sí mismo en el prólogo para asentar el sentido de la fábula, remite la amenaza atómica a la equivocación de la conferencia de Yalta, poniendo una vez más sobre la mesa su carácter anticomunista.
Galindo (Manolo Gómez Bur) y Horcajo (José Bódalo) tienen una bronca durante una partida de dominó en el Círculo. Horcajo es un bocazas y Galindo un pusilánime. A pesar de esos, quedan citados para el día siguiente a las cuatro en el gimnasio del casino. Pero una vez pasado el furor del momento, Galindo recapacita. Para su desgracia, él y su mujer (Gracita Morales) han quedado a cenar con los Toledano (Rafael Alonso y Amparo Soler Leal) y Leoncio Toledano, al que entregaron un premio en Tortosa mediante el que le proclamaban “el Maquiavelo español”, está decidido a resolver su problema.
Comienza así una noche de pesadilla en el que los planes de Toledano –a cada cual más abracadabrante- van sumiendo a Galindo en pozos de abyección más y más profundos: de una pelea en una venta flamenca al depósito de cadáveres, de la comisaría a la voladura de una gasolinera. Los apuntes surreales –se lleva la palma el de la lata de galletas- convierten a esta comedia de Sáenz de Heredia en un antecedente de After Hours (Jo, qué noche, Martin Scorsese, 1985). La comedia negra se va agriando a cada paso, de modo que la violencia resulta cada vez más dolorosa. Los imaginativos planes de Toledano se ven desbordados por la cobardía de Galindo, capaz de cualquier cosa con tal de no enfrentarse a Horcajo. Sin embargo, abocado al final trágico, toma una decisión que el último plano, con su interrogante, devuelve al terreno ideológico. La interpretación en clave de la fábula resulta obligada a tenor del modo en el que el final remite a unos títulos de crédito que subrayaban la violencia verbal que preside la política de bloques. La guerra fría ha entrado, según Sáenz de Heredia, en fase de ebullición.