Presagio (1970)

Presagio (Miguel Iglesias, 1970)

La acción arranca en un hospital de Nápoles, donde el doctor Paul Ascott (Gil Vidal) sufre un desfallecimiento durante una intervención quirúrgica. En una fiesta conoce a Berta Reinaldi (María Silva), una mujer con poderes psíquicos que realiza algunas experiencias con el doctor Bruno Walker (Antonio Durán). Carla (Marta May), la anfitriona, propone que realicen una demostración para vencer el escepticismo de Paul. El broche que Carla le entrega para hacer la experiencia perteneció a su hermana Renata, recientemente fallecida y paciente de Paul. Pero a raíz de esta experiencia parapsicológica Berta está convencida de que la muerte no ha sido por causas naturales, como todo el mundo piensa, y Paul necesita confirmar sus sospechas para recuperar la tranquilidad.

El doctor Walker le pide a Berta que le ayude en una experiencia de metagnomía táctil para hacer una demostración ante el prestigioso profesor Brelowski (Carlos Ronda). A partir de este momento, Berta experimentará una serie de experiencias -pesadillas, convulsiones durante la proyección de una película familiar de Renata...- que le provocan un desvanecimiento del que la atiende Paul. La trama toma un giro inesperado cuando Berta se ofrece a cuidar a la hija de la fallecida y entra en colisión con Sofía (Marta Padován), antigua institutriz de la niña y amante del viudo. Entonces Paul decide llevarla a Capri, a ver a la doctora Arnaldi (María Victoria Solá), una experta en fenómenos paranormales.