Sendas marcadas (1957)

Sendas marcadas (Juan Bosch, 1957)

Película de episodios que toma como excusa a un grupo de gentes reunidas en un refugio de montaña. El accidente ocurrido a un montañero que se iba a casar con una mujer enamorada del tercer miembro de la cordada (Ángel Jordá) y la presencia de un inspector de policía (Adriano Rimoldi) que acaba de detener a un delincuente (Antonio Puga), da pie a una serie de relatos alrededor del fuego con los que los asistentes pretenden desentrañar qué papel juega el destino en nuestras vidas.

La segunda historia atañe al gerente de un hotel de alta montaña con un prodigioso parecido con un acaudalado hombre de negocios. El empleado, que ha cometido un desfalco, huye con el pasaporte del hombre de negocios hasta que la policía detiene el tren. El gerente se cree seguro bajo su falsa identidad hasta que le comunican que el celoso hombre de negocios ha matado a su mujer. Se ha librado de una acusación de apropiación indebida para terminar convicto de asesinato.

La tercera presenta a un esquiador (Francisco Piquer) que encuentra a una mujer herida. La lleva hasta una cabaña en el bosque y se enamoran. Pero, cuando el esquiador regresa a la cabaña al día siguiente, un vagabundo que pernocta allí le dice que el lugar está abandonado desde hace un año, cuando la propietaria falleció en un accidente. Este relato da pie a otro que el inspector recuerda como ocurrido a un taxista (Paco Martínez Soria) al que se le aparece una mujer a la que atropelló hace un año para pedirle que atropelle a su novio, con el que se iba a casar.

Hay, por último, una historia ternurista: una especie de cuento de Navidad sobre los regalos de Reyes de un niño pobre y un niño rico. Antes de ésta y después del interludio cómico-fantástico, le llega el turno a la historia marco. El criminal ha llegado hasta un pueblo del Pirineo próximo a la frontera donde espera recibir el pago por un alijo de drogas que acaba de pasar desde Francia. A la fonda llegan el inspector y una mujer policía (Montserrat Julió), que se hace pasar por su mujer. Mientras él juega con los delincuentes al póquer, ella registra sus equipajes y confirma sus sospechas. Sin embargo, es sorprendida cuando escucha a los malhechores arreglar el pago de la mercancía y su vida corre serio peligro. ¿Será el inspector capaz de salvarla?