¿Quién me quiere a mí? (1936)

¿Quién me quiere a mí? (José Luis Sáenz de Heredia, 1936)

¿Quién me quiere a mí? es la tercera producción de Filmófono bajo la supervisión de Luis Buñuel y la segunda que dirige Sáenz de Heredia tras sustituir a Nemesio M. Sobrevila al frente del rodaje de La hija de Juan Simón (1935). Se responsabiliza una vez más del guión de Eduardo Ugarte, que reduce el registro melodramático a lo imprescindible, y se lanza por la pendiente del humor a costa de los personajes secundarios: hampones castizos, empresarios alemanes hablando en camelo y mendigos fingidos. Más sorprendente resulta la inclusión en el relato de la música culta cuando la línea popular que Buñuel imponía en Filmófono incorporaba siempre espectáculos relacionados con la copla y las variedades.

Marta Vélez (Lina Yegros) se casó con un canalla (José María Linares Rivas) que ahora quiere reconciliarse con ella para sacarle el dinero. Pero como ella se lo niegue, decide secuestrar a su propia hija con la colaboración de su criado (Manuel Arbó). Una pareja de ladrones de medio pelo, el Águila (Freyre de Andrade) y Súpito (Luis Heredia), le birla la maleta al criado y la pareja se encuentra con una niña entre manos, a la que terminan criando en compañía de un músico llamado Alfredo (José Baviera).

Pasado el tiempo la niña Mari-Tere (Mari Tere Pacheco) aprende a tocar el piano y “papá Alfredo” se ve obligado a vender su ópera en cinco actos “La corza negra” para poder alimentar a la niña. Como era de prever, la ópera termina en manos de Marta, que quiere estrenarla en Madrid. Entre tanto, su exmarido se dedica al menudeo de cocaína, con lo que tenemos ocasión de ver en el papel de toxicómano a un jovencísimo Raúl Cancio, cuya colaboración no aparece acreditada. El naciente amor entre Marta y Alfredo complica la situación. Así que, de paso, el argumento alude a la reciente ley de divorcio.