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Un policía abandona el cuerpo cuando se enamora de una prostituta implicada en la investigación que está llevando a cabo.
GÉNERO: Drama,Intriga
Una mujer prohibida (José Luis Ruiz Marcos, 1974)
Alumno de la rama de producción en la Escuela Oficial de Cinematografía, José Luis Ruiz Marcos se desempeñó, sobre todo, como ayudante de dirección en las producciones de Elías Querejeta y de otras que pueden catalogarse bajo el rubro del Nuevo Cine Español. Por eso sorprende que su único intento en el campo de la dirección fuera para la productora de Luis Sanz, que con el nombre de Lázaro Irazábal escribe junto a Carlos Pumares esta historia al servicio de dos actrices: Esperanza Roy y Amparo Soler Leal. El argumento no puede ser más tópico: un policía (Ramiro Oliveros) se considera obligado a renunciar a su placa cuando descubre que la prostituta de la que se ha enamorado (Roy) está implicada en el asunto que investiga. Las cosas se complicarán aún más cuando Carlos, en un ataque de celos, asesine a uno de los amantes de Tina (José Nieto). Virginia (Soler Leal), la propietaria del club en el que trabaja Tina, facilita aparentemente la huida de los amantes, aunque sus planes son otros.
Una mujer prohibida es una película elíptica, tanto que, durante la primera parte, se hace difícil seguir la trama. Sabemos que el poli está encoñadísimo y que a ella sólo le interesa el dinero, aunque él le guste. A largos bloques secuenciales de seguimientos sin apenas diálogo, aunque subrayados por una partitura disonante de Gregorio García Segura, les suceden otroas en los que los personajes hacen explícitos sus sentimientos. Tanto unas escenas como otras son voluntariamente abstractas, como si su contextualización fuera a mermar la fuerza del drama; pero, al tiempo, la rutina de las investigaciones en la Dirección General de Seguridad de la Puerta del Sol está plasmada con la minuciosidad de un polar. Estos contrastes convierten a la cinta en un artefacto extraño en el cine español de la época, no por ello, eso sí, menos fallida.