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Una pareja se ve obligada a recurrir a la tía de ella en busca de ayuda económica. La anciana aprovecha estas ocasiones para humillarlo. Una noche él sueña que la asesina y al día siguiente aparece muerta.
GÉNERO: Drama,Intriga
Angustia (José Antonio Nieves Conde, 1947)
Angustia es cine abstracto, sin el más mínimo apoyo en realidad alguna. La ciudad es una ciudad cualquiera, con su sala de conciertos y su parque, pero sin un sólo distintivo. Los nombres -Val, Sandor, Marí, Canel...- están marcados por la misma ambigüedad. Nada es aquí otra cosa que juego de luces y sombras. El propio Nieves Conde ha señalado la filiación de la cinta con el cine expresionista alemán, así que nada de extraño tiene esta definición. Pero es que, además, su ambición le lleva a otorgar una relevancia inusitada a la música, que no sólo acompaña a las imágenes, sino que sirve de pauta al montaje, de modo que hay escenas "compuestas" en montaje a partir de la partitura de Jesús Guridi. El conjunto debería ser, según confesión del asesino al caer abatido por los disparos de la policía, "el tema de una sinfonía".
Persianas, rejas, barandillas y celosías se interponen entre la cámara y los personajes, o proyectan sombras ominosas que los aprisionan. tal es el caso de Marcos (Adriano Rimoldi), un científico sin éxito, cuyos apuros económicos le hacen tener que recurrir a la ayuda de la señora Jarque (María Francés), una anciana acaudalada que vive acompañada únicamente por un gato y por su fiel criada (Julia Caba Alba). Después de un encuentro con ella, Marcos le confiesa a su ayudante (José María Rodero) que ha soñado que la asesinaba. Al día siguiente, la anciana resulta efectivamente asesinada y Marcos se encuentra en posesión del dinero robado y de una joya que pertenecía a la difunta. Su ayudante aprovecha para hacerle chantaje y su mujer (Amparo Rivelles) contempla impotente cómo se va hundiendo en su propio pesadilla y busca cierto alivio en la compañía de un joven melómano (Fernando Nogueras). Un inspector de policía (Rafael Bardem) sospecha de cuantos habitan en la casa de huéspedes.
La segunda película de Nieves Conde -primera de las que se conservan- anuncia ya, Hitchcock y Agatha Christie mediante, al realizador de Los peces rojos (1955).