Las crueles (1969)

Las crueles (Vicente Aranda, 1969)

Un editor de novelitas fantásticas y terroríficas (Carlos Estrada) recibe una caja con una mano de mujer cortada. Entierra la caja en el bosque, pero, al llegar a casa, encuentra un telegrama de un tal Parker que le anuncia el envío de un antebrazo. El paquete activa en su memoria -¿en su imaginación?- una serie de imágenes, que poco a poco descubriremos que forman parte de una turbia historia de amor adúltero.

A partir de ahí la historia se fragmenta, como en el reportaje de una revista ilustrada por el que nos enteramos del pasado de Esther Casino (Judy Matheson) o las fotografías que relatan la ruptura de la muchacha con el editor y que han sido tomadas por un detective a instancias de la mujer de él (Teresa Gimpera). Los fragmentos cuentan la fragmentación de puntos de vista: el alucinado del editor, el enamorado de Lucía Fonte (Capucine), la mujer que busca venganza.

El humor se adelgaza al tiempo que engrosan las referencias a Buñuel -Le chien andalou, L'age d'or, El ángel exterminador...- y a Hitchcock vía Claude Chabrol -Les biches-. El resultado es la película de Aranda más próxima al espíritu de la Escuela de Barcelona cuando, evacuado García Escudero de la Dirección General de Cinematografía, la vía críptico-arty pierde pie al tiempo que el Nuevo Cine Español sobre el que tanto ironizó.