índice del sitio
Inicio | Películas contadas | Perfiles | Canon | Blog | Sobre DQVlapeli | Contacto | Política de la comunidad | Aviso legal© 2024 Dequevalapeli.com
El mujeriego (Francisco Pérez-Dolz, 1963)
El mujeriego es una producción de Este Films, casa que venía explotando los filones policial y estival. En el marco de este último ciclo había obtenido un éxito notable con Bahía de Palma (Juan Bosch, 1962), la cinta con la que por fin se inauguraba la presencia del bikini en la producción española. Cassen hacía el papel de confidente del pianista con mal de amores interpretado por el galán Arturo Fernández y Elke Sommer lucía el bañador de dos piezas que fue piedra de escándalo para la censura española. La película de Pérez-Dolz trata el asunto con ironía en una de las últimas escenas, en la que Juan (Cassen), el mujeriego titular, va con la bailarina y modelo finlandesa Inga (Margaret Rose) a una playa desierta, donde la única otra presencia humana es un guardia nada civil. Otras bromas privadas tienen por diana al cine español -"unas películas en las que sale un niño cantando y aquello es un niño cantando"- o la dirección del apartamento en Avenida Berlanga, el maestro de la comedia con el que Cassen debutara en Plácido (1961).
Pero en El mujeriego la intención satírica está mucho más diluida. Hay crítica de costumbres, antes que costumbrismo, al modo italiano. Pero Cassen no es Ugo Tognazzi… ni siquiera Walter Chiari. Y los guionistas tampoco son Age y Scarpelli. Queda, eso sí, el apunte de la España desarrollista, de los nuevos barrios, de los deportivos del quiero y no puedo, como la Siata, de la disponibilidad de las extranjeras, de los electrodomésticos y de la cultura en cómodos plazos. Los apuntes se multiplican mientras en primer término evoluciona Juan, don Juan, acertante de los catorce resultados de una quiniela con siete variantes. Desde este momento abandona a su novia de toda la vida (Paloma Valdés) y pica en cuanta flor le sale al paso: de la criadita de su antigua pensión (Maite Matalonga) a la viuda que vive en el apartamento vecino (Carmen de Lirio), de la cabaretera dedicada al descorche (Gloria Osuna) a la primera vedette de un teatro de revista (Alicia Márquez).
Como Alfredo Landa pocos años después, Juan no sacará nada en claro de las mujeres y será víctima de una burda estafa. El final, tan moralizante como insatisfactorio.