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Teresa de Jesús (Juan de Orduña, 1961)
Teresa de Jesús es una película de larguísima gestación -catorce años entre el primer proyecto y el estreno- que la aboca a una inevitable condición de cosa de otro tiempo, ya pasada. Arrancó Orduña para Cifesa inmediatamente después de Locura de amor (1948) y el guión pasó por las manos de Guillermo Díaz-Plaja, Carlos Blanco, Manuel Mur Oti, José María Pemán y Antonio Vich, amén de por diversas censuras administrativas eclesiásticas. Por fin, en 1961 se emprende el rodaje en cooperativa con Juan de Orduña tras la cámara y Aurora Bautista ante ella.
Tal como ha quedado, la historia se divide por mitad en dos partes claramente diferenciadas. La primera narra la vida mundana de Teresa de Cepeda y Ahumada (Aurora Bautista) y cómo su padre decide encerrarla en el convento de la Encarnación, en Ávila. Teresa se mortifica en un camino de accesis plagado de dudas que la conduce hasta la comunión con su esposo -Jesucristo crucificado- quien por fin le otorga el don que siempre se le ha negado: el de las lágrimas. Y es en este punto donde la película entronca con la concepción de Orduña del melodrama, más allá del desmelenamiento o la contención de la interpretación que de la mujer hace Aurora Bautista.
El milagro de la aparición de fray Pedro (Roberto Tordesillas), enfermo y a muchos kilómetros de Ávila, que sirve para conseguir fondos a fin de fundar el nuevo convento, la película deriva en una serie de estampas todo lo ortodoxas y rigurosas que se quiera, pero carentes de conflicto, toda vez que el enfrentamiento con la jerarquía eclesiástica ha de ser suavizado para no estimular la ira censora. De modo que el argumento se va diluyendo en un metraje que pasa de las dos horas.
En 1962, cuando la película llega a las pantallas, las alabanzas son unánimes y el respaldo del público también, a juzgar por los 48 días que permanece en cartel. Vista hoy resulta una extraña mixtura de estética "sixties" -que por momentos la aproxima a un espacio dramático telévisivo- y revisión tardía del cine de cartón-piedra que fuera seña de identidad de Orduña, de Cifesa y de toda una época del cine español.