Culpable para un delito (1966)

Por Dqvlapeli Blog - De qué va ... - 13/04/2015

Culpable para un delito (José Antonio Duce, 1966)

Moncayo Films es una iniciativa nacida a principios de los años sesenta a fin de dar salida a la inquietud de un grupo de aragoneses que quieren hacer cine desde Aragón. El grupo fundacional se forma en torno al director de Radio Zaragoza, Julián Muro, el director de fotografía Víctor Monreal, egresado de la Escuela Oficial de Cine, y algunos promotores del movimiento cineclubista, como José Antonio Duce que, en esta ocasión, asume por única vez la dirección de un largometraje.

El equipo se foguea con varios documentales sobre Aragón hasta que decide pasar al largometraje. Lo hacen entonces con tres intrigas criminales con el propósito evidente de hacer un cine que llegase al público e hiciese viable un proyecto empresarial alejado de los centros de producción de Madrid y Barcelona. Nacen así Muere una mujer (Mario Camus, 1964) y El rostro del asesino (Pedro Lazaga, 1965) y Culpable para un delito. Las tres cuentan con un excelente trabajo de Monreal, quien también se haría cargo de la fotografía en color y pantalla ancha de la última película de la productora, el pseudo-bond El magnífico Tony Carrera (José Antonio de la Loma ,1966). La descapitalización de la productora y el trágico fallecimiento de Monreal a los veintiocho años, dan al traste con el sueño de producir cine en Aragón.

Culpable para un delito narra la historia de Martin Baumer (Hans Meyer), un sparring sonado que recibe la llamada de auxilio de un viejo conocido. Pero cuando Martin llega a la ciudad, alguien asesina a su amigo y Martin se encuentra con el cuchillo en las manos ensangrentadas ante gran número de testigos. La policía lo detiene, pero cuando es conducido a los juzgados logra escapar. Entabla entonces contacto con la viuda (Yelena Samarina), que había sido su novia, con un viejo compañero que tiene un gimnasio (Antonio Molino Rojo) y con la secretaria de su amigo (Dina Loy). Pero cuando también ésta sea asesinada, las cosas se le van a poner muy cuesta arriba para probar su inocencia.

Con un argumento de "falso culpable" tan banal como el expuesto, lo más destacable de la película es su aspecto formal. Por un lado, queda dicho más arriba, la labor del director de fotografía. Por otro, el aire internacional logrado rodando íntregramente en Zaragoza. Ambos factores coadyuvan a la creación de un producto homologable al de tantas producciones europeas que compiten en las pantallas sin necesidad de recurrir a grandes nombres en la cabecera del reparto.