NO-DO

Sobre el perfil

NO-DO: la memoria oficial del franquismo El Noticiario Cinematográfico Español, popularmente conocido como NO-DO, fue creado por un acuerdo de la Vicesecretaría de Educación Popular de 29 de Septiembre de 1942. A nadie podría extrañar que el gobierno franquista, a los tres años de concluir la Guerra Civil, tuviera la pretensión de producir, monopolizar, dirigir y centralizar la información audiovisual. En consecuencia, el organismo recién creado fue dotado de las prerrogativas de la exclusividad en la producción de noticiarios, al tiempo que su exhibición era declarada obligatoria en todos los cines del territorio nacional. Esta situación se mantuvo hasta los años 70, momento en el que la competencia de otros medios de comunicación (fundamentalmente la televisión) y, sobre todo, la propia decadencia del franquismo hicieron de NO-DO una rutina inoperante para transmitir una información puntual. Durante todo este tiempo, NO-DO desarrolló una intensa actividad que se tradujo en la producción de 1.966 números de su noticiario, con dos ediciones semanales (llamadas A y B). En la etapa más prolífica del Organismo llegó a funcionar una tercera edición (C) entre 1960 y 1967. A todo esto habría que sumar la revista Imágenes (de la que se editarón 1228 números semanales de 1945 a 1968) y diversas ediciones del Noticiario para Hispanoamérica, Portugal y Brasil. Además, es preciso recordar la profusa actividad que el Organismo mantuvo a la vez como productora de documentales y la decisiva influencia que esta labor tuvo en el sector. NO-DO acometió la producción de unos 200 documentales en blanco y negro y 500 en color. A ello habría que añadir su destacado papel como “escuela práctica”, facilitando a muchos directores noveles el acceso a la realización de documentales. Estos meros datos anuncian ya de por sí el hecho de que, durante casi cuarenta años, NO-DO marcó el acceso de la población española a las imágenes documentales y de actualidad (su lema fue "El mundo entero al alcance de todos los españoles") y, sobre todo, fue el instrumento decisivo en la formación de un imaginario español de posguerra, más allá de la ideología que el Régimen le imprimió. En pocas palabras, NO-DO fue, sin lugar a dudas, la expresión institucional del franquismo en materia de información audiovisual. Pero el paso del tiempo ha otorgado otra dimensión a todas estas imágenes. Hoy su valor testimonial (en muchas ocasiones involuntario) es innegable, gracias a la labor sistemática que ejerció de cronista del régimen de Franco. A su vez, este papel lastró su forma de entender y hacer las noticias, cerrando sus ventanas a otras realidades inaceptables para dicho régimen. En suma, pese a su parcialidad y a sus limitaciones, NO-DO representa en la actualidad la memoria oficiosa del franquismo y, al tiempo, es signo patente de una gran ausencia: la de otra España que jamás pasó por sus imágenes.

Fuente: Rafael R. Tranche y Vicente Sánchez-Biosca