índice del sitio
Inicio | Películas contadas | Perfiles | Canon | Blog | Sobre DQVlapeli | Contacto | Política de la comunidad | Aviso legal© 2024 Dequevalapeli.com
El pirata Bocanegra secuestra a su hermano gemelo, gobernador de la Isla de Jabuga.
GÉNERO: Comedia
El pirata Bocanegra (Ramón Barreiro, 1946)
La comicidad se desborda en El pirata Bocanegra y ello conlleva referencias que, de tratarse de una cinta de otro calibre, muchos no dudarían en calificar pomposamente de metalingüísticas, como la secuencia en la que un marinero dice al pirata Segundo (Xan das Bolas) que se limita a transmitir las órdenes que le han dado para el manejo del barco y éste, irónicamente, le responde: “Vamos, hombre, si estamos en una película de humor. ¿Quién se va a tragar que esto es un barco?”. Y es que, de hecho, la cubierta y la bodega son un decorado teatral y entre una taberna en Isla Jabuga y el palacio del gobernador ya están resueltas todas las escenas de la película, con apenas un par de exteriores. De hecho la película arranca con unas imágenes de la costa cantábrica, que bien podrían ser de archivo y que la voz en off pretende hacer pasar por el Caribe. ¿O no lo pretende siquiera?
Podríamos seguir haciendo la arqueología de los gags más afortunados de la cinta, algunos sólo al alcance de los muy iniciados. Como cuando surgen las alusiones galaicas, inevitables al figurar en la cinta un director pontevedrés y un actor como el inefable Xan das Bolas. En un momento determinado, éste afirma que toda la tripulación es noruega, salvo el capitán y él, que son de Pontevedra, como Cristóbal Colón. Chiste de ida y vuelta porque Pontevedra, cuna de Colón (Enrique Barreiro, 1927) había sido el primer documental dirigido por el hermano del realizador.
Por lo demás, no dejan de aparecer números musicales: la vicetiple que canta la canción de Bocanegra en la taberna de Jabuga ensaya unos anacrónicos pasitos de claqué. En otro, los marineros parecen el coro de Los sobrinos del Capitán Grant. Sousa se resiste a hacer la voz solista, pero sus hombres le animan: “Cántela usted, capitán. Y si le sale mal, que lo doblen”. Y, por supuesto, tampoco faltan los juegos de palabras de doble sentido. Éste, por ejemplo, parece traído de Don Mendo y el asalto al castillo de los Quiñones:
Capitán Sousa.– Hacen falta muchos cañones para hundir a Bocanegra.
Plim.– ¡Capitán Sousa! ¿Qué debo entender con esa maliciosa observación?
A pesar del subrayado, la censura no debió de darse por aludida. Y en fin, cuando aparece el cartelito de “The End”, el capitán Bocanegra comparece de nuevo en pantalla y, con una risotada, explica que esto quiere decir “a otra cosa, mariposa”.