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Apenas sale de presidio Tin Tan se vuelve a meter en un lío cuando alguien roba las cuatro ruedas de un coche que han dejado a su cuidado. Su carnal Marcelo conseigue sacarlo de la cárcel y Tin Tan se emplea en los más diversos oficios para conseguir el dinero con el que pagar la deuda.
GÉNERO: Comedia
¡No me defiendas, compadre! (Gilberto Martínez Solares, 1949)
Tres sketchs -"Tin Tan, camarero", "Tin Tan, detective" y "Tin Tan, luchador"- constituyen el meollo de ¡No me defiendas, compadre!
La comedia vuelve así a sus orígenes: las comedias de dos bobinas de Mack Sennett. Y el tándem Martínez Solares / Tin Tan no parece albergar ninguna duda en cuanto a la eficacia de la fórmula. Todo lo más, urden la trama recurrente de los esfuerzos del carnal Marcelo por librarlo de la cárcel cada vez que se mete en un nuevo lío -"¡No me defiendas, compadre!"- y el empeño de la bondadosa Beatricita (Rosita Quintana) en que Tin Tan devuelva el dinero de las llantas de un coche que habían dejado a su cuidado.
Los tres episodios y el que sirve de trabazón comparten algunos personajes, pero tienen un desarrollo autónomo y hacen uso abundante del slapstick. En este aspecto se lleva la palma la escena del restaurante, que culmina en una monumental batalla de tartas. En cualquiera de ellos Tin Tan muestra su admiración por cuanto venga de Estados Unidos y su voluntad de triunfar a prueba de bombas, por mucho que la ingenuidad que guía esta pretensión termine conduciéndole a líos aún mayores.