El señor Esteve (1948)

Por Dqvlapeli Blog - De qué va ... - 12/12/2014

El señor Esteve (Edgar Neville, 1948)

El señor Esteve no es una adaptación por parte de Edgar Neville de L'auca del senyor Esteve de Santiago Rusiñol, pintor de jardines, sainetero en lengua vernácula y observador de la vida. La película de Neville es una constatación de las coincidencias entre ambos.

Sirve de excusa la inmarcesible obra de Rusiñol, su mirada socarrona y bonancible hacia los comerciantes del siglo XIX que engrandecieron la ciudad de Barcelona durante el siglo XIX. Se fija para ello en las cuatro generaciones que regentan la mercería La Puntual, "fundada en 1800", en el barrio de La Ribera. El patriarca (Alberto Romea) irá puntuando con sus consejos los bautizos, bodas y defunciones que constituyen el natural discurrir de la vida.

Neville puede así retomar la dialéctica entre el mundo de los negocios y la vocación artística que ya había contrapuesto en La vida en un hilo y presentar un puñado de caricaturas dignas del semanario satírico y anticlerical L'Esquella de la Torratxa, en el que colaboró el propio Rusiñol. Junto a los retratos finamente humorísticos de Estevet (Manuel Dicenta) y Tomaseta (Carmen de Lucio), no exentos de lirismo, figuran los del rotulista verdiano (José Isbert), el viajante que nunca sabe donde está (José Franco), o el atribulado hombre para todo (el director y montador Ramón Quadreny). Se podrían citar otros tantos, que convierten la película de Neville en un canto melancólico pero nada nostálgico de un modo de vida.